PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA/ LA COLUMNA J

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1.“La deshumanización, que no se verifica sólo en aquellos que fueron despojados de su humanidad sino también, aunque de manera diferente, en los que a ellos despojan, es distorsión de la vocación de SER MÁS” Paulo Freire.

Estimado lector de LJA.MX con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar esta ocasión para hacer mención de un tema de vital y fundamental importancia. En diversas ocasiones he plasmado que el estilóbato más loable que puede tener una sociedad para poder establecer progreso y orden, es la educación. No es casualidad que cada país tiene aristas distintas sobre el modo de enseñar y de plasmar una instrucción a los educandos, esta dinámica tiene un impacto que desvela a los preámbulos económicos, políticos y sociales. La educación es parte de un sistema que tiene la posibilidad de construir esperanza y libertad y en su antítesis también puede generar ignorancia y decadencia.

México ha tenido grandes ponentes en el tema educativo, desde Vasconcelos, Gómez Morín, Torres Bodet, Lujambio, Otto Granados, Daniel Cosió Villegas y muchos más por mencionar en la propia reseña que hace el historiador Krause. Paulo Freire resulta ser del mismo modo un precedente excelso y sublime, en sus diversos postulados plasma una enseñanza en donde se deja entrever un método que induce a los educandos a la obediencia, la pedagogía del oprimido, desde una esencia conductista, es necesario no ejercer una crítica sobre las ideas de Pavlov y de Skinner, no obstante, deja el reflejo de como cuando únicamente se instruye para obedecer y no comprender no se permite generar un contexto de mayor proporción intelectual. La instrucción, castigo o premio son la función más básica. Desde una perspectiva individual considero que no es suficiente, la pangénesis educativa extiende posibilidades de mayor impacto.

Paulo Freire refiere que los grandes temas que han convulsionado a América Latina y a los pueblos del tercer mundo tienen una relación directa con la pedagogía del oprimido, existe una historia de cómo se ha presentado el devenir tanto en discriminaciones y sometimientos incrustados en la educación. El educador citado logró reducir en grandes niveles los índices de analfabetas en Brasil. La tecnología y la globalización tienden a plasmar diversos ritmos en las latitudes, en el campo de la educación no es la excepción. Es decir, para cada contexto hay opciones loables para permitir el acceso a un proceso de aprendizaje, el cual sea didáctico e integral, no es descubrir el hilo negro, es la disposición para estructurar esquemas proactivos, no hay nada más redituable que la educación.

Ciertas ortodoxias no coadyuban a la generación del pensamiento creativo, por el contrario, lo limitan y lo desarticulan, el cognitivismo y el constructivismo son procesos naturales que los individuos desarrollan en la medida de la posibilidad que el entorno les extiende, cabe mencionar que se permiten métodos alternativos que emulen a los aprendizajes significativos, efectivamente la pedagogía se convierte en esperanza, es un brío de libertad y una futura conquista para romper yugos que dejan en silencio un sin fin de opciones loables. La educación debe de ser divertida, debe ser aspiracional, funcional, metódica, pero sobre todo natural, resulta complejo seguir intentando memorizar la fórmula de la raíz cuadrada sin entender cómo aplicarla en nuestra vida diaria. La formación de las nuevas generaciones conlleva mucho más que una serie de estructuras temáticas que cubren con las líneas marcadas por los ministerios de la educación. Cada aula, cada docente, cada programa debe encontrar el vínculo directo entre lo que se aprende en clase y se ejecuta en la vida, de tal modo existen aprendizajes significativos, hay una pedagogía de la esperanza.

La pedagogía de la esperanza es un discurso ideológico, en estos momentos históricos, como los que vivimos en México, es la realidad misma, la que grita con sonidos desesperantes, y expresa señales de advertencia a todos los sectores sobre la intervención inmediata de problemas impostergables, la identidad nacional, el desvanecimiento de la lengua materna, la ausencia del compromiso social, el desgastamiento del medio ambiente y el holocausto de los animales, etc.

El discurso ideológico que se presenta es una llamado a la clase política, a la sociedad en general, a todos los alumnos y docentes, si esta esperanza se pierde, entonces no estaremos lejos del oprobio, estaremos a un paso del caos, y dependiendo de la gravedad tal vez ya no haya modo de recuperar la esperanza.

“La educación como práctica de la libertad, al contrario de aquella que es práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo como una realidad ausente de los hombres” Paulo Freire.


In silentio mei verba, la palabra es poder.

Autor: Roberto Ahumada