TIEMPOS DIFÍCILES/ LA COLUMNA J 

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“En algunas ocasiones no es nada más que una puerta muy delgada lo que separa a los niños de lo que nosotros llamamos mundo real y un poco de viento para abrirla” Stefan Zweig.

Estimado lector de LJA.MX con el gusto de nuevamente saludarle como cada semana, dispongo de estas letras para plasmar una ligera reseña de lo que nuestros ojos contemplan como percepción de realidad, quise titularle como “Tiempos difíciles” puesto que existen diversas aristas desde las cuales se dilucida una complejidad, una dificultad, un callejón sin salida en donde se atisba y no engrana alguna posibilidad loable.

Esgrimir al tiempo es un espiral de palabras, es un caleidoscopio de hipótesis, no obstante, basta la pertinencia de los sentidos para nuevamente dar lógica y sentido común a la esencia más básica. La semana pasada en diversas notas se pudo ver al país arder en un sinfín de ataques violentos, incendios, disparos, ejecuciones, aunado a la estadística que incrementa mes con mes, más y más, suicidios, feminicidios, etc. Parecería que es una hecatombe de malos augurios ya plasmados en el presente. Aunado al mismo contexto tenemos la reseña sistemática que nos arroja la tesitura económica, expone tal y como lo hacía el acreedor al premio nobel de literatura en 1962 John Steinbeck, un lucha encarnizada por la pertenencia material, expresado en circunstancias; una inflación mayor al 7 %, tasas de desocupación desproporcionadas en relación al ingreso mínimo indispensable, el PIB estancado por todas las olas de la pandemia, la guerra de Ucrania, las decisiones del presidente, o por alguna lluvia, que  cuando no es presente es una sequía inédita, y cuando se presenta es inundación. Son tiempos difíciles.

Pero como ya mencioné, el texto es una ligera reseña de las percepciones e inferencias de un servidor, no obstante, existe un preámbulo alterno, los que no tienen voz, aquellas personas que son desfasadas por los efectos disruptivos de la economía, lo que el expresidente de la FED Alan Greenspan mencionaba como la era de las turbulencias. La capacidad de adaptación Darwiniana expresada en más y mejores ingresos para los humanos, pero que decir de los que no realmente no tienen voz, pues su nobleza no les permitido generar un lenguaje propio del ego y el libertinaje, los animales. Yuval Noah Harriri expone que estos tiempos difíciles reflejan que es el holocausto de las demás especies, hemos fabricado una industria diseñada para extinguirlos y mutilarlos para imperar un sentido de moda o un sabor gourmet en el paladar, su existencia ha sida sobajada a nuestra satisfacción momentánea y fugaz. Nunca se habían presentado tantas especies en peligros de extinción. Es la crueldad que narra Jack London, la falta de sentido común ante los demás seres vivos.

“A la tierra fría se lleva, celoso, sus secretos, para subsistir él mismo como un secreto todo escrúpulo y tinieblas, figura siempre hermética, impenetrable. Stefan Zweig.

Estimado lector, lo irónico de estos tiempos difíciles, es que tenemos a la tecnología para reducir nuestros esfuerzos físicos y logísticos, pero, por el contrario, la tecnología es utilizada en la generación de más armas o de necesidades suplantadas. Tenemos más derechos humanos y mayores democracias, y el resultado de estos contextos es la obtención de más demagogias y más explotación existencial aunado a la falta de objetividad de los conceptos. Hay suficiente comida para alimentar a todos los humanos, pero sigue existiendo la hambruna y la pobreza extrema, es la paradoja que mencionaba el Dalai Lama, le adjunto un pequeño fragmento “gastamos más, pero tenemos menos, tenemos casas más grandes, pero menos tiempo, tenemos más títulos, pero menos bienestar, leemos muy poco, vemos demasiada televisión, y oramos rara vez”.

En los tiempos difíciles se percibe lo endeble de las ideologías, la falta de creencias, el sentido de identidad arrebatado y expuesto a cualquier nueva tendencia. Socialmente estamos fragmentados, más vinculados que nunca, pero mas distantes y aislados que nunca. Tal vez sea la configuración del ante sala de una prueba para poder arremeter contra la circunstancia, tal vez sea, una insulsa interpretación sombría por parte de un servidor, ante lo que sus ojos ven y ante lo que sus oídos escuchan.

Hace no mucho tiempo escuche, que buenos tiempos, hacen personas débiles, las personas débiles hacen malos tiempos, malos tiempos hacen personas fuertes y las personas fuertes hacen buenos tiempos. No escogemos donde nacer ni en que tiempo, peros si decidimos que camino seguir, que cima escalar, que adversidad desafiar, que la dificultad de estos momentos sea el detonante de un perfil de coraje, como el que citaba Kennedy, pues la vida se va en un abrir y cerrar de ojos, cada momento es brío de esperanza.

“Todo lo extraordinario e indomable de nuestra existencia se plasma únicamente por la concentración interior, por una sublime monomanía emparentada sagradamente con la locura” Stefan Zweig.

In silentio mei verba, la palabra es poder.

Autor: Roberto Ahumada