EL PENSAMIENTO RACIONAL, PRIMERA PARTE/ LA COLUMNA J

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“Cogito ergu sum, Pienso luego existo”

 Estimado lector de LJA.MX, nuevamente le saludo con mucho afecto y cordialidad como cada semana, ante la vorágine de subjetividades que se tiene día a día, es menester citar que en la actualidad existen diversas aproximaciones al conocimiento, la cantidad de fuentes de información que se encuentran son una reseña de las elevadas posibilidades que existen en cuanto a la obtención de datos. Es decir, nunca se había tenido tanto acceso a la información, con tres clicks podemos buscar cualquier tema en el internet, aunado a otros esquemas de aprendizaje. No obstante, existe desde mi perspectiva un clise que es la interpretación subjetiva que se tiene sobre lo que se plantea, por ello la importancia y trascendencia del pensamiento racional.  

Como costumbre al menos en México se acude al dispositivo móvil entre 250 y 300 ocasiones al día, en un promedio de una a o dos horas, evidentemente existen particularidades, en tanto que, hay una constancia en la recepción de información, noticias, grupos de whats app, correos electrónicos, alertas de plataformas, etc. Considero que el pensamiento crítico en nuestros días es endeble, ya que la subjetividad y la falta de objetividad en ciertas temáticas se está perdiendo, la ciencia extiende una tesitura y una estructura para validar las tesis y las hipótesis que se pudiese presentar. Sin duda alguna, la inteligencia es la capacidad de resolver un problema, una adversidad, la facultad de pensar permite hacer planteamientos solidos que conlleven ortodoxia y pragmatismos esencial para proceder a una funcionalidad.

Cuando los seres humanos tenemos la capacidad de cuestionar, de reflexionar, de dudar, se concede la alternativa para hacer algo, abordarlo desde una perspectiva particular, desde un tema financiero hasta el análisis de la transversalidad de las políticas públicas. No hay estatismo, ante la gran cantidad de desinformación y de medios poco éticos se ha llegado a un estado alarmante, por citar un ejemplo; hace una semana fui testigo como docente que un alumno esgrimía sin mayor retorica que el género de las personas es subjetivo y que todas las personas tiene la facultad de auto definirse. El alumno está estudiando la carrera de derecho y tiene 22 años. Mi reflexión fue que existen taxonomías que van más allá de la mera interpretación personal, el género de una persona alude a una cuestión biológica, aunado a que existe una serie de rasgos caracterizados en la semántica que puede tener un hombre o una mujer.

 De manera específica una de las líneas más interesantes que encontré en la retórica referida es la importancia de cómo se enfocan las preguntas y las particularidades.  Los ejercicios mayéuticos nos llevan a nuevos replanteamientos, el día que las percepciones tengan mayor validez que las semánticas generales y la lógica plasmada sobre la objetividad estaremos en muy serios problemas.

Ortega y Gasset quien fue posiblemente el filósofo más trascendente en España el siglo pasado, exponía y desarrollaba ideas que servían para hacerlas diáfanas y consagrar al ser y su circunstancia como punto de partida dentro del objetivismo que plantea ante los desafíos que tiene el conocimiento, por medio del pensamiento crítico,  la filosofía no solo es necesaria, es indispensable en todos los aspectos, las sociedades avanzan, pero no solo se deben de avanzar por el simple hecho afable, es menester conquistar el destino de manera objetiva, cada planteamiento, cada hipótesis abordarla desde un enfoque que se  vincule en un contexto loable.

La filosofía es pensamiento en función y no se puede entender aquello que no tiene función, en donde existe comprensión, existe duda, y bajo esa tesitura la ciencia ha logrado establecer los parámetros para interpretar a la realidad, no obstante, ella misma se desafía para entrar en constantes crisis metódicas que la llevan a desechar o validar sus tesis, en ese preámbulo la filosofía constituye una estructura matriz al conocimiento.

“Piénsalo bien y reconoce que no hay amigo como el árbol, adonde quiera que te vuelvas siempre lo encuentras a tu lado, vayas pisando tierra firme o móvil mar alborotado, estés meciéndote en la cuna o bien un día agonizando, más fiel que el vidrio del espejo y más sumiso que un esclavo” Nicanor Parra, estimado lector, la siguiente semana seguiré con la temática plasmada, deseo que tenga una excelente semana.

In silentio mei verba, la palabra es poder.

Autor: Roberto Ahumada